Los amigos que no se veían empiezan a llegar
desde todas partes, las familias lejanas se han
vuelto próximas, las que se rompieron parece
que conservan algún viejo lazo que les une,
muy a su pesar.
No se sabe cómo se ha corrido la voz, pero
ahí están todos, más viejos y más gordos,
con bolsas de cansancio en los ojos,
sentados en sus sillas de plástico con
termos de café calentitos y bolsas de pastas del pueblo.
Todos tienen heridas de guerra, han pisado quirófanos,
se han caído de andamios, se han roto caderas,
han probado toda clase de prótesis, por no hablar
de unas analíticas que les van a llevar
al otro barrio en menos que ya.
Pero ahí están todos.
Y no piensan moverse de aquí hasta que
se abra esta puerta metálica donde hace mucho frío.
Al menos el café está caliente y las magdalenas
están blanditas, como en los viejos tiempos.
1 comentario:
Donde donde... antes e mirado esa foto... sera??? sera.... es!!!!
muy buena tu explicacion le falto el cafelillo con dos de azucar.
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