ABOUT DE SOUFFLE
La mano en el pecho señala la dirección del dolor, pero
esta ambulancia ya lo sabe, porque ha visto muchos
corazones con prisa. El día languidece y se callan los
últimos matasuegras dejando en la cuneta algunos nichos
más. Uno se percata en ese momento que la tragedia se
acrecienta cuanto más forzosa es la alegría del momento.
La noche en el hospital se avecina muy dura. Hay trajín de
batas y camas que se hacen y se deshacen sin parar, camillas
al galope, sillas que vuelan con escafandras de oxígeno
para pasajeros sin aliento,solitarios que cayeron botella
en mano en mitad de la nada y ahora duermen su coma
etílico como títeres sin hilos. Y, por supuesto, mentiras
piadosas para ahuyentar el pánico: Tranquilo, papa, me
han dicho que enseguida llega el cardiólogo de urgencias.
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