Empieza la cuenta atrás. No hay otra salida.
El diagnóstico es claro como este día de enero
en el que el viento lo traslada todo a su antojo.
El cirujano tiene los ojos verde lima, perfil de
estatua griega y un hablar pausado: el día 13 de enero,
martes, a las 8 de la mañana, entrará en el quirófano
y se le realizará un triple bypass.
No hago otra cosa que mirar sus manos.
Se presta a responder nuestras dudas,
pero no acierto a enhebrar una frase.
No hay peor silencio que el que deja tras
de si una mala noticia. Me pongo a mirar
lo mismo por la misma ventana porque no
quiero saber quién ha roto a llorar primero.
El diagnóstico es claro como este día de enero
en el que el viento lo traslada todo a su antojo.
El cirujano tiene los ojos verde lima, perfil de
estatua griega y un hablar pausado: el día 13 de enero,
martes, a las 8 de la mañana, entrará en el quirófano
y se le realizará un triple bypass.
No hago otra cosa que mirar sus manos.
Se presta a responder nuestras dudas,
pero no acierto a enhebrar una frase.
No hay peor silencio que el que deja tras
de si una mala noticia. Me pongo a mirar
lo mismo por la misma ventana porque no
quiero saber quién ha roto a llorar primero.
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