sábado, 23 de julio de 2011

LATIDOS 4A FOTO

12 SEGUNDOS DE OSCURIDAD

La canción de Drexler me martillea la cabeza,

o tal vez son las puertas de los ascensores,

los capuchinos de mierda, los teléfonos con politonos,

las idas y venidas de las placas, los electros y las analíticas.

Han pasado 10 horas y yo ya no soy yo, él ya no es él,

estas no son mis paredes,

voy a tientas como una sonámbula

que quiere despertar de su pesadilla.

Sigo los pasos de los médicos,

espío a las enfermeras, las acribillo,

les suplico hasta desquiciarlas.

Cuento los minutos que la gente aguanta de pie como

una especie de maratón de resistencia

absurda que se me acaba de ocurrir.

Una señora muy amable nos ha regalado

una buena conversación

a las 5 de la mañana.

Es el mejor regalo de este día extraño

en el que, sintiéndolo mucho, me derrumbo.



LATIDOS 3A FOTO


KILÓMETRO CERO

Nuestro comité de bienvenida sigue al pie de la letra un

protocolo de urgencias en el que no faltan sirenas,

luces de colores y gente vestida para la ocasión.

A nuestro alrededor se farfullan cosas ininteligibles,

como, si de pronto, se hubiera roto

la comunicación con el exterior.

El público asistente no parece estar interesado

en esta escena mil veces repetida.

Detrás de una cortina alguien gime,

otros deambulan solos

por entre las sillas de metal y los cancerberos

uniformados de marrón y amarillo,

los más ancianos penden del hilo de su

botella de oxígeno con la mirada hueca.

Tal vez sea este largo pasillo el último río que nos lleve…

En medio del espanto, una mano se posa sobre

otra mano y el cielo se abre.

Nos llevan al Nivel 2 con una nueva identidad

y una dosis de moderada esperanza:

varón, 64 años, dolor torácico intenso

con irradiación hacia el brazo izquierdo….